Los bosques y los árboles permiten que la Tierra sea habitable, pues nos abastecen de aire y agua limpios. Al almacenar grandes cantidades de carbono y moderar el clima, constituyen una línea de defensa fundamental contra el calentamiento global. Asimismo, albergan la mayor parte de la asombrosa biodiversidad del planeta; proporcionan sombra, sensación de bienestar y un espacio donde desarrollar actividades recreativas; y respaldan los medios de subsistencia de miles de millones de personas en todo el mundo.

Nuestra población, que va en aumento, somete los ecosistemas forestales a una inmensa presión, lo cual se ve agravado por su afán por la explotación de más tierras y recursos. A escala mundial, cada año se pierden alrededor de 4,7 millones de hectáreas de bosque tropical, una superficie del tamaño de la República Dominicana o Eslovaquia, a menudo con el fin de aumentar las extensiones de cultivo para la obtención de productos agrícolas como el aceite de palma y la carne de vacuno. Muchos de los bosques restantes están sufriendo un proceso de degradación a causa de la explotación forestal, la obtención de leña, la contaminación y las plagas invasoras. Incluso los árboles ubicados fuera de los bosques están desapareciendo para dar paso a viviendas, carreteras y presas y a la agricultura intensiva. Los incendios forestales, agravados por el cambio climático, pueden devastar los ecosistemas forestales

Restaurar este tipo de ecosistema implica devolver los árboles a las antiguas tierras forestales y mejorar el estado de los bosques degradados. Además de plantar especies autóctonas de árboles, la restauración puede incluir la conservación de plantas y animales silvestres y la protección del suelo y las fuentes de agua que forman parte del ecosistema forestal. La tierra explotada con fines agrícolas que cae en desuso es ideal para la recuperación forestal. En los bosques existentes, se pueden plantar especies autóctonas con el fin de regenerar la cubierta arbórea. En algunos casos, los árboles forestales volverán a crecer de forma natural. La restauración forestal puede asimismo implicar el cultivo de parcelas de bosque y tierras arboladas en paisajes con poblaciones y granjas de gran actividad.

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